Vin Diesel es sinónimo de acción,
al menos bajo mi punto de vista. Por lo que no dudé en apuntar esta película en
la lista de las muchas que tenía que ver. Como siempre suelo hacer antes de ver
una, busqué la valoración que le daban y, sinceramente, me dejó a cuadros. Casi
en todas las páginas web en la que opinaban de cine que entré, la tachaban de
fracaso absoluto y eso, me hizo echar para atrás el ir a verla al cine, porque
no quería volver a gastarme un pellizco de dinero en ver una mala película (ya
me pasó en su día con «Cazadores de
sombras»).
Sin embargo, un aburrido sábado mientras
estaba en mi casa haciendo “zapping” llegué
a una cadena en la que estaban echando «Un
canguro superduro». Pese a que los papeles más conocidos de Vin Diesel se
encuentran en «Fast and furious» o en
«Riddick», esta película es la que
más me gusta. Quizás se deba a que es uno de los recuerdos de mi infancia y que
habré cantado hasta la saciedad la canción de Peter el Panda, aunque nunca me
llegué a aprender el baile tengo que admitirlo. Digamos que ver esa tarde la
película me hizo darle una oportunidad a «El
último cazador de brujas» y la vi esa misma noche.
El argumento, pese a tratar un
tema trillado como es la brujería, posee algunas novedades que hacen que la
película de Breck Eisner se aleje de la de Jon Turteltaub, «El aprendiz de brujo». El protagonista
de este filme es Kaulder (Vin Diesel) un cazador de brujas medieval que
consigue matar a la Reina Bruja (Julie Engelbrecht), pero esta lo maldice
otorgándole la inmortalidad. En nuestra actualidad, el cazador sigue buscando y
matando brujas que utilizan la magia negra, algo que estaba teóricamente
prohibido.
La película comienza en tonos oscuros,
grises, pero pensé que como la primera secuencia ocurría en el origen de la
inmortalidad de Kaulder, sólo tendría ese tono de saturación en ese determinado
momento. Sin embargo, me equivoqué de cabo a rabo, puesto que la mayor parte de la
película posee escenas oscuras y lúgubres. Sé que Eisner podría haberlo hecho
así para recrear ese ambiente sobrenatural que rodea a los brujos y a un
cazador de estas. Pero, resultaba molesto, al menos para mí, ya que se
agradecería un poco de luminosidad entre una y otra escena.
He de destacar la figura de la
Reina Bruja. Bajo mi punto de vista, es una villana diferente a todas las
películas de brujas que se han hecho con anterioridad. Esta no es una bruja que
rejuvenece gracias a la magia como le ocurría a la bruja de Michelle Pfeiffer
en «Stardust», es una bruja con una
apariencia diferente a todas las demás. En páginas web de cine he leído que
podría ser una bruja sacada del mundo Disney, mas yo lo dudo seriamente, pues
incluso la vieja bruja de Blancanieves puede dar menos miedo que ella. Lo que
tengo más que claro, es que su presencia en escena no dejará indiferente a
ningún espectador.
En cuanto al resto de los
personajes, tengo que admitir que cuando vi que Elijah Wood se encontraba en el
reparto de la película me esperaba una actuación más brillante que la que vi,
puesto que me dejó mucho que desear. No llegué a comprender bien el cometido de
su personaje, de hecho, tengo en mente ver la película por segunda vez para
intentar deducirlo, digamos que es como el reto que me he planteado este mes de
julio que ya mismo acaba.
Otra que también me sorprendió
fue Rose Leslie, quien interpretaba a una bruja que finalmente se alía al
cazador. Ambos, Rose y Vin compartieron escenas que bien podrían haber hecho
saltar chispas a través de la pantalla. Sin embargo, la falta de química entre
ambos personajes me decepcionó, quizás es porque todavía veo a Rose como la
Ygritte de Jon Nieve, fallo claramente mío y pensé que actuaría más como lo
haría “la salvaje”. Aunque también puede afectar el hecho de que Kaulder no
deja de tener en mente tanto a la que fue su mujer como a la hija de ambos, a
quienes vio morir.
La película está bien, es
entretenida y te hará pasar un rato abstraído. Además, si te gusta el tema de
las brujas, este filme tiene una forma diferente de dártelas a conocer. Así
que, anímate y dale un voto a favor como hice yo en su día.
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