Acta est fabula

jueves, 14 de julio de 2016




«Hijos de la Anarquía«» es una serie que suele llamar mucho la atención de los espectadores. Probablemente sea por la trama de la serie: moteros que se dedican a realizar trabajos ilegales para ganarse dinero, trabajando en un taller como tapadera. A mí, desde un primer momento, me atrajo porque es diferente a todas las que he visto alguna vez. Así que, cuando empecé a verla, estaba emocionada e impaciente por saber si me iba a atraer los suficiente como para seguir viéndola. De todas maneras, tenía un grado de incertidumbre ya que no sabía que esperar.

En el momento que comencé a verla, fue una constante de ver capítulos y capítulos. Me enganchó desde el primer minuto. Me costaba dejar de verla. Puede que ese «vicio» que tengo con la serie sea por el protagonista, Jackson Teller, protagonizado por Charlie Hunnam; un gran actor, por cierto. Pero, de todas maneras, seguí viendo capítulos una y otra vez. Y no dejó de gustarme y emocionarme en ningún momento. Cuando los protagonistas sufrían, yo lo hacía con ellos. Eso es algo importante en una serie, tanto como en una película: que el espectador sienta y se meta en el papel de las personas que forman la serie.

Aunque desde el primer momento tuve un flechazo por el protagonista, no fue eso lo que me llamó la atención de la serie. Estoy bastante segura que fue por la serie en general: de qué iba, qué pasaría en un futuro, cómo se podrían solucionar todo lo que ocurría. Cada capítulo que veía, me enganchaba mucho más. La trama, a aparte de estar genial, es lo que más te atrae de la serie. Ya me la habían recomendado bastante, así que la empecé. Y no me arrepiento, porque se ha convertido en mi serie favorita.



Desde mi punto de vista, en vez de centrarse en el club de moteros que forman los Hijos de la Anarquía, va mucho más allá. En la serie se refleja la codicia de las personas por querer ser mucho más, por intentar a llegar a ser el que más tenga, el que domine mucho más que un club. Pero, sobre todo, se ve reflejada la corrupción, desde el primer capítulo de la serie, ya que SAMCRO está respalda por la policía.

Tengo plena conciencia de que no todos los clubes de moteros se dedican a operar ilegalmente para ganar dinero (como la venta de armas en el caso de los Hijos de la Anarquía), o hacer muchas cosas peores que sabrás una vez hayas visto la serie. Esta serie, a parte de enseñarte lo codicioso que se puede volver una persona en general, sin señalar a una persona porque pertenezca a un clb de moteros o no, va sobre Jax, el protagonista, que comienza a cuestionarse los actos que realiza su club, queriendo dar un giro a este y convertirlo en algo más.

Por mucho que me guste el trabajo de Charlie Hunnam como Jax Teller, me gustaría felicitar a Katey Sagal por el increíble trabajo que realiza en la serie. Es una actriz que se amolda a todo, ya sea a ser una dulce persona, como ser el diablo personificado cuando se trata de luchar por su familia. De toda la serie, es mi actriz favorita. Hace un papelazo y se lo curra bastante. No la conocía antes de ver Hijos de la Anarquía, pero me ha dejado con ganas de ver algún trabajo suyo.



Pero, sí, Charlie Hunnam es mi segundo actor favorito en la serie. Lleva a cabo el papel de «chico malo» a la perfección. Una cosa, un tanto relevante, pero que me hizo bastante gracia, fue la forma de andar: chulesca y sin preocupaciones. Y de lo que me di cuenta conforme iban sucediendo las temporadas, era la evolución de ese personaje sobre todos los demás. Por ejemplo, Gemma (personaje que interpreta Katey Sagal) siempre se muestra por lo que es: una luchadora capaz de llevarse a todo el mundo por delante con tal de mantener a su familia a salvo.

Quiero añadir, también, el trabajo de los demás actores y del equipo de producción que ha llevado a cabo esta serie. Por lo que a mi respecta, ha sido un trabajo impresionante para cada uno de ellos.




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