Acta est fabula

viernes, 29 de julio de 2016


Últimamente me he dado cuenta de que prácticamente todos los blogs de literatura que frecuento son bastante extremistas con respecto a la literatura juvenil. Por un lado, están aquellos fervientes protectores de los escritos para adolescentes (que, ojo, no tienen por qué ser para tales) y, por el otro, están aquellos que llegan a “humillar” a los lectores de este tipo de literatura. Para empezar, me gustaría aclarar que yo me considero neutral en esta particular "guerra".

La literatura juvenil, como bien indica su nombre, está basada en aspectos de la adolescencia o cuyos protagonistas se comprenden dentro de este conjunto. Realmente y como adolescente que aún pueda considerárseme, dejé este tipo de literatura hace ya varios años. Pero no por ese miedo que parece sentir todo el mundo -el miedo a ser criticado-; ni mucho menos. Simplemente, llegado a un punto de mi vida, me apetecía leer escritos más “para adultos”. ¿Por qué? Yo creo que la respuesta es sencilla. La literatura juvenil comprende un gran abanico donde puedes encontrar multitud de historias del todo variopintas, sí, es cierto. En cuanto a temas y tramas hay una gran amplitud pero, sin embargo y, bajo mi punto de vista, la mayoría de historias juveniles presentan una dificultad léxica muy reducida, precisamente porque su objetivo es que los jóvenes puedan entenderla más fácilmente. Por este motivo y no por el escrutinio social al que pareces estar sometido por el simple hecho de leer un libro u otro, he ido reduciendo mis lecturas juveniles. A pesar de ello, y siempre que me apetece dejar a mi imaginación volar, creer en la magia, en dragones y hadas, no dudo en buscar algún tomo que me interese de esta índole.

Pero sí que es cierto que cuando entro en una librería, ya no corro hacia los estantes de literatura juvenil. Y, últimamente, me estoy dando cuenta de que la mayoría de títulos no me llaman la atención para nada. Hace poco, de hecho, estuve ojeando un catálogo (bastante extenso) de una revista digital de literatura juvenil con la idea de empezar a leerme algún tomo interesante. Sin embargo, tras revisar más de cincuenta sinopsis (que se dice pronto), se me quitaron las ganas por completo. Amor y fantasía. A eso se ha visto reducida la juventud. El amor es un tema del que siempre huyo en las novelas, no me atrae en absoluto lo romántico ni las narraciones "pastelosas", la verdad. Entonces, solo me queda la fantasía, que como ya he dicho me gusta, pero es algo que también puede llegarme a hartar si solo leo libros de este tipo.

No creo que la literatura juvenil sea únicamente para adolescentes, porque tiene la genial capacidad de transportar al lector a mundos de todo tipo y enseña multitud de cosas; y esto es algo que a cualquiera puede interesarle, independientemente de su edad. Pero, personalmente, yo no soy capaz de leer solo este tipo de literatura. Y pienso que quien únicamente dedica su tiempo a leer libros de esta clase, está perdiéndose una gran parte-e imprescindible- del mundo de la literatura. No todo en la vida es fantasía y amor, por desgracia.

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