Acta est fabula

sábado, 13 de agosto de 2016

La música, ese bello arte de decir lo que pensamos en forma de canción, de plasmar sentimientos en canciones, de hacernos llorar con un estribillo y, con otro, hacernos explotar de pura adrenalina… La música es, simplemente, la magia más antigua que existe, porque eso es la música: magia que logra tocar nuestra alma y, sencillamente, transformarnos cuando la escuchamos.

Como es de esperar, la música, que está en todos los ámbitos de nuestra vida, no iba a ser menos e iba alejarse del cine, sino todo lo contrario. La música le dio la mano al cinematógrafo y, gracias a esa relación de amor que se creó entre ambos, salieron a la luz los musicales que hoy en día conocemos y que, seguramente, muchos no olvidamos y nos podríamos llevar las horas muertas cantando las canciones que los componen.

Para mí ha sido realmente difícil hacer un “top” de musicales, porque he visto tantos que, seguramente, me deje muchos en el cajón, olvidados. Sin embargo, aquí os traigo una breve lista de aquellos que se ganaron mi atención y se llevaron muchos minutos de mi vida mientras cantaba sus canciones. Como hizo nuestro amigo Alejandro, os la presento de menos a más favorita, aunque creo que los números podrían cambiar exceptuando la que ocupa el número 1.

Os aconsejo que cojáis cascos y os sumerjáis de lleno en los musicales que ahora salen a escena.

8. «High School Musical» de Kenny Ortega (2006, 2007 y 2008): ¿Quién no ha visto alguna vez una de las tres películas que conforman este musical? Yo desde luego perdí la cuenta de las veces que vi «High School Musical 2» cuando tenía unos años menos, de hecho, esa película sigue siendo mi favorita de las tres. Y, sin dudarlo, me sumo a ese grupillo que no paraba de cantar las canciones de la película, me las sabía todas y, a día de hoy, las sigo cantando y si no, tarareando.

El argumento es simple y, para ser sinceros, no tiene mucho misterio: chicos en un instituto que van creciendo dentro de él y viven "aventuras" (por llamarlo de alguna manera) juntos y, finalmente, deben decirle adiós a aquella etapa cuando ha llegado el momento de marcharse y, de cierto modo, madurar y ser adultos.



7. «Camp Rock» de Matthew Diamond y Paul Hoen (2008 y 2010): Nuevamente musical de adolescentes y de la mano de Disney, pero esta vez sucede en un campamento y con voces como las de Demi Lovato o Los Jonas Brothers, he de admitir que era muy fan de estos últimos cuando la película salió. Como «High School Musical», «Camp Rock» no sólo se centró en una única película, aunque, para mí gusto, la primera parte le da mil vueltas a la segunda.

Para ser sinceros y a la vista está, este musical adolescente me gusta más que el anterior y sus canciones, hoy en día, me las sigo sabiendo de memoria sin necesidad de tararear ninguna parte de ellas. Es muy difícil elegir una sola, porque todas me gustan, pero para no ponernos tristes con "This is me", os dejo esta que es más animada.


6. «West Side Story» de Jerome Robbins y Robert Wise (1962): Esta película la vi demasiado tarde, exactamente cuando estaba estudiando segundo de Bachillerato y nuestro profesor de Literatura Universal, después de explicarnos «Romeo y Julieta», decidió que lo entenderíamos mejor con este musical (anécdota cien por cien verídica). Aunque es un musical, que como todos imagináis, nada bueno debe de traer si lo comparan ya de antemano con una de las obras más conocidas de Shakespeare, merece la pena verlo, no sólo por sus canciones, sino por la historia que montan estos dos directores para darles tintes dramáticos.


5. «Flashdance» de Adrian Lyne (1983): Antes de nada, lo sé, lo sé, «Flashdance» no es musical, es una película de baile. Pero es que, ¿acaso el baile no proviene de la música? Y además, esta película es digna de ver y, por supuesto, de estar la quinta en esta lista. Aparte de las canciones que forman parte de ella, de los bailes que se pueden ver en el filme, la historia que hay atrás, de superación, de esfuerzo y de empuje, es digna de contemplar y de admirar. No os digo más, sólo que lo comprobéis por vosotros mismos.


4. «Dirty Dancing» de Emile Ardolino (1988): Igual que la anterior, esta película no es musical, sino que es una película de baile, pero merece estar aquí igual que «Flashdance». Es más, si no has tenido la oportunidad de ver esta película, te aconsejaría que la vieras hoy mismo o mañana, aprovechando que estamos en fin de semana o incluso el lunes porque, para más inri, este fin de semana es un "mini-puente".


3. «Mamma Mia!» de Phyllida Lloyd (2008): Esta película me ganó por tres motivos: el primero, soy una enamorada de la mayoría de las películas de Meryl Streep; el segundo, adoro a Amanda Seyfried; y el tercero y último, está basada y rodada en Grecia. ¿Qué más puedo pedir? Y eso que no he contado las canciones de Abba que salen en la película, porque entonces la desplazaría rápidamente al número 2, aunque tiene el puesto de bronce. No está mal, ¿no?


2. «Mary Poppins» de Robert Stevenson (1965): Más que por las canciones (que me sé de memoria), por ser una de las películas de mi infancia y por la maravillosa interpretación de mi querida Julie Andrews, «Mary Poppins» es especial para mí porque fue con una representación teatral de este musical con lo que me despedí de mi instituto. Quizás, por eso, la he puesto en la posición de plata, porque me trae recuerdos únicos, y eso que ni siquiera protagonicé uno de los papeles principales de la película, sino que era Helen, la criada de los Banks.


1. «Grease» de Randal Kleiser (1978): ¡El musical por excelencia! No puedo decir más, sólo que, pase el tiempo que pase, esta película será por siempre mi película musical favorita. Nunca me canso de verla y mucho menos me canso de cantar sus canciones, hasta tal punto que, cuando la veo con mi madre, me manda a callar porque no escucha a Olivia o a John cantar (¡perdón, mamá!). 


Espero de corazón que os haya gustado este top, que hayáis cantado las canciones conmigo y que me perdonéis si vuestro musical favorito se me ha quedado olvidado en el famoso cajón del que antes os hablé. En el futuro, espero volver a hacer otra publicación así, pero sobre las películas de Disney, que además, también son musicales.

¡Qué viva la música (y el cine)!


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