Acta est fabula

lunes, 15 de agosto de 2016



He de reconocerlo: John Green me ha inspirado con sus libros. Todos y cada uno de los que he leído. Primero, me hizo llorar con «Bajo la misma estrella». Después, me hizo reír y estar en vilo con «Ciudades de papel». Y, al leerme «El teorema Katherine» y «Buscando a Alaska», he llegado a una conclusión: Green es uno de estos escritores que nunca voy a dejar de leer, porque, o bien te hace llorar o te hace reír de la emoción. Aunque no es mi escritor favorito, bien podría serlo. Sus frases sabias hacen que sus libros tengan más sentido. 




«Ciudades de papel» no fue el libro por el que conocí a este gran autor, pero bien podía haberlo sido. Cuando leí «Bajo la misma estrella», justo en el momento del «boom» de esta obra, pensé que, si todos sus libros eran de esa manera, no volvería a leer ninguno más. Sin embargo, el siguiente en encandilarme con su aura de misterio y su grado de humor, fue «Ciudades de papel».

Además de emocionarme con cada palabra que Green ha plasmado en este libro, y en todos los demás, me ha enseñado más que ningún otro autor. No os voy a recomendar este libro por que a mi me ha gustado, sino por lo que aprendes cuando lees alguna obra de Green. 

Antes de seguir comentado más sobre este libro, voy a hacer un paréntesis. Sé que muchos rehúsan de leer alguna obra de Green porque el libro que lo hizo famoso fue «Bajo la misma estrella». La mayoría de las personas que no pretenden leerlo, estoy segura que te dicen: «no voy a leer un libro sobre cáncer». Pero ahí está el problema: no va sobre cáncer. Al menos, no del todo. Sí, la protagonista tiene cáncer. Pero, ¿no es esa la realidad? Por desgracia, esa enfermedad existe. Y ese libro me demostró la fortaleza que puede llegar a tener una persona, luchando contra esa horrible enfermedad que se lleva a tantas personas. Si no queréis leeros «Bajo la misma estrella», perfecto, no os voy a juzgar. Pero no pongáis ese tipo de excusas. Aún así insisto: no solo va de cáncer. Merece la pena leerlo por la lección que da.

«Ciudades de papel» es todo lo contrario a «Bajo la misma estrella». Aunque coincide en bastantes cosas, éste tiene un tono de humor, y no es para estar todo el tiempo emocionándote por lo que ocurre. Es, por así decirlo, «más tranquilo». Sin embargo, lo que me atrajo no fue que fuera el mismo escritor, porque no quería estar todo el tiempo con los vellos como escarpias. Lo que me impulsó a leerlo fue el aura de misterio que conlleva ese libro. Te haces una sola pregunta durante todo el libro: ¿dónde está Margo? Te metes tanto en la trama, que, al final, acabas siendo Quentin y estás desesperado por encontrar una pista de la desaparición de Margo Roth Spiegelman. Y, así, encontrarla a ella.

Esta obra está llena de misterio. En cuanto Margo desaparece, piensas: ¿por qué se ha ido? Y, entonces, es cuando te das cuentas que quieres entender el por qué de la desaparición, y, además, entender a Margo y sus razones para marcharse de la comodidad de su casa.

Aunque no recuerdo cuando leí este libro (creo que fue hace dos veranos), puede que sea el libro que ha permanece en mi mente. No evoco todo, con exactitud, lo que ocurre en esta obra, pero si recuerdo bastantes partes. Probablemente, mi parte preferida sea cuando Quentin encuentra una pintada en una pared con las palabras:  «IRÁS A LAS CIUDADES DE PAPEL Y NUNCA VOLVERÁS». Aunque es la parte en la que le da sentido al libro, no fue por eso por lo que se convirtió en mi parte preferida. Y es que es, en ese momento, donde comienza el real misterio del libro.


Hasta que no leí le libro, no sabía que significa «ciudades de papel». Me gustaría saber cómo se le ocurrió a Green hacer un libro sobre las ciudades de papel. No, el libro no es muy elaborado, porque el escritor no es Georger RR Martin, pero es curioso que se le ocurriera una historia a partir de las ciudades de papel.

Al enterarme que iban a hacer una adaptación cinematográfica, me emocioné muchísimo. Y, después de que confirmaran que Cara Delevingne iba a interpretar a Margo, me puse mucho más contenta. Cara tiene ese estilo salvaje que identifica a Margo. Y me gustó bastante cuando la vi representar a este personaje tan peculiar. Fue, sin lugar a dudas, la que más destacó en la película. Que Margo tuviera una personalidad parecida (sino igual) a la suya le hizo el trabajo mucho más fácil.



Espero que leáis este libro. Y también espero que encontréis vuestro milagro. Porque, como bien dice John Green al principio del libro: «Supongo que a cada quien le corresponde un milagro». 



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