He de admitir que no soy lectora
habitual de estos géneros. Más bien, no los contemplo en los géneros que normalmente
suelo leer. Para seros sinceros, soy demasiado miedosa y, como es obvio, libros
de terror, películas y series me causan verdadero pánico. Y, aunque esta obra
es más bien un thriller que una novela de terror, no he sido capaz de leerla
por la noche, sino que tenía que hacerlo durante la luz del día. Y lo mismo me
ocurrió cuando leí «Drácula».
Esta pequeña anécdota que os
cuento, yo la achaco a la imaginación del lector. En la mayoría de los libros
que me he leído, me he sentido tan integrada en ellos que he vivido el suceso
como otra más de los testigos. Para poneros un ejemplo, en uno de los capítulos
donde se encontraba uno de los cadáveres del famoso asesino en serie que
protagoniza «Rosas negras», Phillip
describe con tantos detalles cómo se encontraba el cuerpo que tuve que dejar de
leer del puro asco que sentí al imaginarme el cadáver tal y cómo lo explicaba.
Ahora que os he dado una especie
de pista sobre el argumento de esta obra, voy a hondar un poco más para
despertar vuestra curiosidad. La historia que narra «Rosas negras», tiene lugar en Hunter’s Point, una pequeña ciudad
cerca de Nueva York. Las alarmas saltan en el lugar cuando comienzan a
desaparecer no sólo una, sino tres amas de casa, y en los tres escenarios de la
desaparición (la casa de las mujeres), el asesino o secuestrador dejó sobre la
cama una rosa negra junto a una tarjeta en la que se podía leer: “Para siempre
en el recuerdo”.
Básicamente, es parecido a la
mayor parte de las novelas de este género. Es decir, sigue una especie de
patrón: aparece una noticia perturbadora, se investiga, se llega al primer
indicio y así sucesivamente. Todo eso intentando averiguar, claro está quién es
la persona que está tras esos secuestros y horribles crímenes, y, como en la
mayoría de los libros (si no eres espabilado como yo) no te enteras de quién es
hasta el final y, claro, la boca se te cae al suelo porque normalmente es quien
menos te esperas.
Contando con los libros de «La chica del tren» y «A sangre fría», no he leído más obras
sobre asesinos o asesinatos, aunque estos dos libros mencionados no pertenezcan
exactamente a este tipo de género, ya que el primero es una novela de misterio
y el segundo, una novela periodística. Aunque, es cierto que el libro de Paula
Hawkins, bien podría cuadrarse dentro de los “thrillers” a pesar de que no
llega a ser tan escabroso como este que hoy os presento.
Si realmente os gustan este tipo
de novelas, os recomiendo que la leáis y, por decirlo de alguna manera, tengáis
el estómago que yo no tuve en su momento. A pesar de ello, es una lectura
entretenida y que te mantiene al vilo hasta el final, eso sí, siempre y cuando
tengas la luz encendida, no vaya a ser que confundas la silla de tu escritorio
con la silueta de un asesino en serie.
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