Desde siempre he sido una enamorada
de Grecia, tanto de sus hermosos paisajes como de los tesoros de la antigüedad
que, hoy en día, siguen teniendo. Aunque, como buena amante de las historias,
quizás con lo que me quedo es con su literatura, la cual, la mayoría de las
veces, iba enlazada a la mitología, algo que a mí, particularmente, me apasiona.
Tanto es así, que estudié Griego durante mis dos años de Bachillerato y, casi
cuatro años después, aún sigo guardado con auténtico mimo los apuntes de dicha
materia.
También es verdad que, algunas
veces, influye en ti el profesor o profesora que te dé la materia. Yo,
sinceramente, no pude tener más suerte. Mi profesora se llama Ana, ahora ya está
jubilada, por lo que muchos se quedarán sin aprender las miles de historias que
Ana nos contaba. Nos relataba sus viajes, nos ponía diapositivas antiguas con
fotografías de hace muchísimos años y nos enseñaba a amar las “lenguas muertas”
tanto como lo hacía ella. Realmente, es uno de esos profesores que jamás
olvidas pase el tiempo que pase.
¿Por qué os cuento esto? Muy
sencillo, porque así fue como conocí yo a Eurípides y, sencillamente, me
enamoré de sus obras, la que es amplia pero yo, desgraciadamente, sólo he
podido leerle las cuatro que os dejo a continuación. Al contrario que con los
musicales, no os traigo un “top”, sino mi pequeña experiencia con obras de
Eurípides, cosa que espero que os guste y os anime a leer estas hermosas
tragedias, muchas de ellas conocidas gracias a la mitología griega.
Seguramente, todos nosotros conocemos
la historia de Helena de Troya, la dama que originó la guerra de Troya tras
abandonar a su marido por otro hombre. Sin embargo, Eurípides escribió una obra
totalmente diferente, en la cual exime de toda culpa a Helena. ¿Cómo es eso
posible? Pues, abrid bien los ojos y leed con atención lo que viene a
continuación.
El argumento de esta obra
comienza con el Juicio de Paris, donde Hera, Afrodita y Atenea le instan a que
haga de juez y nombre a la más hermosa de las tres. Como todos sabemos, Paris nombra
a Afrodita y esta le da a cambio a la mujer más hermosa de la tierra, la cual no
es otra que Helena. Sin embargo, (y es aquí dónde cambia la historia original)
Hermes sustituye a Helena por una imagen “hecha de polvo nube”, que es la que
Paris lleva consigo a Troya mientras que la verdadera Helena se encuentra “a
salvo” en Egipto.
Y os preguntaréis, ¿qué sentido
tiene todo eso? Pues cómo os he dicho antes, dejar de culpar a Helena de la guerra
que se originó en Troya. Pero, yo pienso, que a la misma vez quería destacar y
sobresalir sobre los cientos de librillos que contaban esta famosa historia.
Así que, ahora yo os pregunto, ¿queréis saber qué pasó? Pues leed esta pequeña
obra, os aseguro que os sorprenderá. A mí me sorprendió.
HERACLES
MEDEA
LAS BACANTES
Otro famoso personaje que todos
conocemos: Hércules. Este es quizás uno de los personajes perteneciente a la
mitología griega que más cambios ha sufrido. Todos conocemos las múltiples
películas que se han realizado sobre él, empezando por la protagonizada por
Dwayne Johnson (2014) y por la que todos habremos visto alguna vez perteneciente
a Disney.
Bajo mi punto de vista, ninguna película que he visto ha hecho honor a
la leyenda de Hércules y es que, para que vosotros lo sepáis, Hércules no era
el héroe que suelen pintar.
Hércules o Heracles era uno de
los hijos bastardos de Zeus, por lo que Hera, le tuvo ojeriza desde el momento
en el que Alcmena tuvo al niño. Anfitrión lo quiso como a su propio hijo, pero
no pudo evitar que la ira de Hera se centrara en Hércules y le hiciera realizar
actos tan crueles como asesinar a su propia familia, cosa que, cuando recupera
la conciencia, le hace aceptar los trabajos de Euristeo.
En su obra, Eurípides invierte el
orden, cosa que le acarreó muchas críticas y, hoy en día, Heracles no es una de
sus obras más queridas, aunque, a mí me gusta y os la recomiendo por si queréis
descubrir al verdadero Hércules y no al que nos venden la mayor parte de las
películas.
MEDEA
Medea es la contraposición de la
Helena que Eurípides creó en la primera tragedia que os he recomendado.
Mientras que Helena es una mujer bella, pura y casta, Medea es fuerte,
inteligente y temida igual que amada. Podría decirse, que la figura de Medea
sobresale por encima de la de Jasón, mostrando al héroe del vellocino de oro
como un ser débil a su lado.
Me imagino que todos conoceréis
las peripecias de Jasón, pero, ¿sabéis cuál es la historia de Medea? En esta obra
queda bien reflejada y, aunque tiene actos crueles por parte de Medea, se puede
ver gracias al personaje cuán sufrida es la vida de una mujer a la que su
marido, por decirlo de algún modo, la engaña con otra. No sé qué más deciros sobre esta gran obra, sólo que la leáis y así la descubriréis por vosotros mismos.
LAS BACANTES
Esta obra es la primera que leí
sobre Eurípides y la única que he podido ver representada en un teatro gracias
a una excursión que realizamos mis compañeros y yo junto a la ya mencionada profesora
de Griego. Y, sin lugar a dudas, os recomiendo la experiencia, así que si veis
que acude a vuestra ciudad o vuestro pueblo un teatro ambientado en alguna obra
griega, acudid a él, porque no os arrepentiréis.
Esta obra trata sobre Dionisio y
sus adoradoras, las bacantes. En la tragedia, un furioso Dionisio piensa
reprender a Penteo, rey de Tebas, puesto que este reniega de él como Dios, pues
piensa que se trata de un mero mortal ya que por el lugar se rumorea que Sémele
se acostó con un mortal y no con Zeus y, que este, la había fulminado con uno
de sus rayos tras enterarse de la blasfemia. Como podéis imaginaros, ya que se
trata de una tragedia, el final no es muy halagüeño que se diga. Pero, ¿acaso
algún final de una tragedia lo es?
Una vez más, os animo a darle un voto de confianza a este tipo de literatura. A mí, me encantó, ¿por qué no os podría encantar a vosotros?
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