Acta est fabula

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Tengo que confesaros que antes de empezarme esta serie, me mostraba muy reticente a hacerlo. No me atraía en absoluto su sinopsis y tampoco en sí la trama que me habían comentado que seguía. Es curioso, porque justo la empecé a principios del año que terminó -2013-, vi un par de capítulos y no me enganchó en absoluto. Pero todo el mundo me dijo que eso era lo normal; que los primeros capítulos de esta serie en concreto no revelaban para nada cómo era la serie en realidad. Así que, por aclamación popular, decidí continuarla. Y, cuando me quise dar cuenta, a eso quizás del final de la primera temporada, ya estaba por completo enganchado.


No es una serie corta; eso es cierto. Y no es quizás una serie que enganche en el sentido más literal de la palabra. Es una serie cuya trama se desarrolla ciertamente "despacio", pero no porque en los capítulos no haya acción ni movimientos, ni mucho menos. Sino más bien porque se trata de una historia verdaderamente compleja, que consigue atrapar al espectador no por la acción que contiene ni por la presteza de la misma, sino por la verdadera historia en sí; la vida y obra de Walter White, "Heisenberg".

Cada capítulo ha de digerirse despacio, no creo que sea de las típicas series que puedes verte en un día 10 capítulos y quedarte tan pancho. Considero que «BrBa» es una serie que hay que disfrutar lentamente -pero sin pausa, que sino te desenganchas- y apreciar el gran trabajo que cada episodio tiene detrás. Todo en ella está sumamente pensado y cuidado hasta el más nimio de los detalles: Una fotografía exquisita, unas combinaciones de colores geniales (que además caracterizan y diferencian a cada uno de los personajes) y unos diálogos inmejorables. 

Después de cumplir el medio siglo, Walter White (interpretado por un brillante Bryan Cranston), que trabaja en un instituto dando clase de química en Albuquerque, Nuevo México, es diagnosticado de un cáncer de pulmón, que además se encuentra en una fase bastante avanzada. La noticia, que le coge por completo de imprevisto, pone el mundo de este profesor patas arriba.                                                                                                                                                         Consciente de que no le queda mucho sobre la Tierra, y que probablemente no pueda dejarle mucho a su familia, la noticia le impulsa a dar un cambio drástico a su vida, que considera será corta: Ayudado de Jesse Pinkman, un antiguo alumno suyo, fabrica anfetaminas con el propósito de venderlas y sacar algo de dinero que dejar a su familia tras su muerte. Sin embargo, el mundo de las drogas no es precisamente un lugar idílico y sencillo; y tendrá que lidiar con cuantiosos problemas desde el mismo minuto que decidió adentrarse en él.

Quiero comentar una cosa que me pasó viendo esta serie, y creo que no es una cosa mía personal, sino que prácticamente todos los espectadores tienden a hacerlo. Me explico: Walter White es el protagonista de la serie e, indudablemente, es también el "villano" de la misma. Sin embargo, precisamente por ser el protagonista, los espectadores tendemos a hacerlo bueno, tratamos de defenderlo a toda costa y pasar por alto cualquier cosa que haga, porque, al fin y al cabo, es el prota.

Yo lo noté sobretodo en que acabé odiando profundamente a su mujer, Skyler, y cuando me paré a pensar en realmente por qué la odiaba, llegué a la conclusión de que era porque se trataba de un estorbo en cuanto a los crímenes de su esposo respecta. Tampoco puedo añadir mucho más sin hacer spoiler, pero sí que quiero decir cuando caí en la cuenta de eso, vi a Skyler con otros ojos y a Walter lo bajé del pedestal en el que lo tenía. No sé, quizás sólo sea cosa mía. Pero si os pasó cuando la visteis u os pasa cuando la veáis, decídmelo y no me sentiré tan solo (?).


Para concluir, quiero aclarar que yo no soy en absoluto de los que vuelven a ver/leer cosas que ya han visto o leído. Si esto me ocurre, es un hecho rarísimo y que me ha pasado poquísimas veces. Y esta serie la he visto dos veces en menos de tres años (y no es precisamente corta). Eso ya de por sí dice mucho.



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