¿Quién no ha oído nunca la
historia de la tierna pero desobediente Caperucita Roja? Yo era una cría cuando
descubrí su cuento, cosa que ocurrió en un capítulo de «Las tres mellizas». Me llamó tanto la atención de la figura de la
niña vestida con una capucha roja que mi madre me acabó por contar ese famoso
cuento que ha transcendido de generación en generación junto a «Los tres cerditos», «Los siete cabritillos» y un largo
etcétera.
Y os preguntaréis, qué tienen en
común los tres mencionados cuentos, pues su enseñanza. Cada uno guarda una
propia, por ejemplo, de Caperucita que no confíe en los desconocidos y lo mismo
podría decirse de los siete cabritillos que le abren la puerta al lobo que se
hace pasar por su madre. Sin embargo, esta versión de Caperucita Roja mucho más
oscura (por decirlo de alguna manera) no nos revela ninguna enseñanza.
Valerie es la dulce Caperucita
Roja de esta historia y, precisamente, no es conocida por ser una “buena chica”,
por mucho que se esfuerza en serlo para contentar a su familia. La joven vive
en la aldea de Daggorhorn junto a sus padres y su hermana. Dicha aldea vive
atemorizada bajo la figura de un ser sobrenatural, concretamente, un hombre
lobo, el cual no duda en cobrarse a Lucie como su primera víctima a pesar de
que los aldeanos le realizaban ofrendas para que el lobo los dejara en paz.
Por supuesto, en la película
también sale la figura de la abuela, quien vive a las afueras de Daggorhorn,
exactamente, en el bosque que rodea la susodicha aldea. Y, de una manera algo diferente,
aparece la figura del cazador reflejada en Peter, el fiel compañero de la joven
Valerie.
He de destacar que no es una película
para niños, no vaya a ser que la veáis con vuestro hermano o hermana pequeño y
acabe durmiendo varias noches seguidas con la luz encendida, como ocurrió en el
caso de mi propia hermana. Aunque se trata de un cuento que todos conocemos, no
tiene absolutamente nada que ver con él. Yo me aventuraría a decir que lo único
que tienen en común es el título: «Caperucita
Roja».
A pesar de ello, porque, ¿acaso
Disney no modificó las historias reales de la princesa? Todos sabemos que sí…
Bueno, volviendo al hilo que me ando por las ramas, a pesar de ello, a mí la
película me gustó. Digamos que me llamó la atención esta nueva versión del
cuento, tal y como me ocurrió con «Blancanieves
y la leyenda del cazador», película que también recomiendo si no la habéis
visto.
Ya sabéis que soy una auténtica
fan de Amanda Seyfried, cosa que pudisteis averiguar en mi top sobre musicales,
pero es que todavía no he encontrado un papel suyo que me decepcione. Pero, no
es a ella a quién más destaco del reparto, y quizás sea porque me enamoré
perdidamente de Shiloh Fernandez cuando la vi por primera vez, pero es que,
¿quién no se enamoraría de ese hombre? Además, también tiene un hueco en este
filme Gary Oldman, nuestro Sirius Black.
En resumen, que tenéis muchos
motivos para echarle un vistazo. A mí no me decepcionó, además, quién sabe, a
lo mejor os gusta más esta versión de Caperucita y os replanteáis la historia
para averiguar a quién es al que verdaderamente le tenéis miedo: si al lobo o a
la dulce Caperucita.
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