Siempre decimos que la lectura es
bueno fomentarla desde niños, pero, seguramente, mucho de nosotros no
conozcamos libros o historias dedicadas enteramente para ellos (quitando los
clásicos Disney o las lecturas “obligatorias” del colegio). Yo no soy un claro
ejemplo de lectura infantil, pues he leído pocas cuando era una niña, contando
las dichas anteriormente junto a algunos libros de «Kika Superbruja» y, por
supuesto, la pequeña trilogía que hoy os presento.
Quizás me aventure a haceros
algún día un pequeño top de lectura dedicada enteramente para niños, pues,
aunque de pequeña haya leído pocas, gracias a tener una hermana pequeña, me he
leído varios libros de «Junie B. Jones», de «Bat Pat» y de «Tea Stilton».
Y creedme cuando os digo que entretenidos son un rato y los niños aprenden
cosas tan básicas como comportarse en clase con la ayuda de Junie o dejar volar
la imaginación con el simpático murciélago o las chicas del Club de Tea.
Volviendo al tema que hoy nos
ocupa, he de admitiros que estos libros me los he leído tanto (incluso
actualmente) que tengo la mayor parte de las páginas gastadas. El primero de
ellos, me lo regalaron cuando cumplí once años y, desde entonces, ha llovido
bastante. Cuando lo leí me gustó tanto, que cambié en el último momento la
carta para los Reyes Magos para meter los otros dos y así tener la trilogía
completa.
Bajo mi punto de vista, «Fairy Oak» no sólo encanta por el tema
fantástico que a mí particularmente me encanta. Sino porque las protagonistas
de esta trilogía son dos niñas que no superan los trece años de edad. Pero, sin
lugar a dudas, lo que más llama la atención de estas obras es que son narradas
por el hada niñera de ambas, conocida comúnmente como Felí, pues su verdadero
nombre se trata de un trabalenguas que usan para confundir a las personas.
Pues, como dice el hadita, si una persona (ya sea mágica o sin magia) dice el
nombre completo de un hada, esta deberá acatar sin queja alguna aquello que le
pidan.
Como os he adelantado, la
trilogía se basa en la historia de dos niñas, exactamente gemelas: Pervinca y
Vainilla. Ambas son las sobrinas de Lala Tomelilla, una famosa bruja de la luz,
quien espera que las niñas hereden sus poderes de brujas, a los cuales Dalia
renegó al casarse con Cícero, el padre de las gemelas. Vi y Babú han convivido
con Felí desde que nacieron y, por lo tanto, conocen la magia al igual que el
resto de habitantes de Fairy Oak. Pues, en la ciudad del “roble encantado”,
brujas, magos y sin magia (que es como denominan a los no mágicos) viven en paz
y armonía desde hacía ya muchos años.
He de admitir que «Fairy Oak» apareció en el momento justo
del culmen de la magia, por decirlo de alguna manera. La autora de esta
trilogía también puso su granito de arena en «W.I.T.C.H.», nombre que seguramente os suene a muchos de mi quinta,
porque ese quinteto de brujitas protagonizó la sensación de aquellos años. Yo
recuerdo que la mayoría de mis amigas iban con agendas de esa serie, muñecas,
útiles para clase y un millar de cosas más. También, cómo no, estaba nuestro
querido Harry Potter, que para mi gusto siempre parece estar de moda. Y,
también las aventuras de Kika Superbruja. En definitiva, la magia estaba
presente en la mayor parte de la literatura juvenil o infantil y, al menos yo
pienso que eso es una gran ayuda para alimentar la imaginación del niño.
En definitiva, si tenéis algún
hermano pequeño, primo, sobrino o incluso hijo, no dudéis en comprarle esta
trilogía, no sólo dejará volar su imaginación con las gemelas, sino que también
conocerá cosas tan vitales como la amistad, el cariño, el primero amor y, sobre
todo, la unión que puede existir entre hermanos o miembros de una propia
familia y, amigos lectores, eso sí que es magia.
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